CUARTA SEMANA DEL TERCER PERIODO
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SEMANA DEL 24 DE AGOSTO AL 31 DE AGOSTO DE 2020
ARTES GRADO NOVENO.
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LA SIGUIENTE INFORMACION:
Orígenes del folclor
colombiano
Las supervivencias musicales son aquellos valores
tradicionales que han penetrado en el alma popular, la música folclórica es el
patrimonio de las culturas populares dentro de las sociedades civilizadas.
En las zonas costeras y en los valles
interandinos se profundiza con las supervivencias de la música negra africana,
y sus adaptaciones y mezclas con otros elementos en el espacio vital
colombiano.
La música folclórica se perpetúa por medio de la
tradición oral; es colectiva, no existe en ella una distinción formal entre
quien la compone, ejecuta y escucha; es vernácula es decir, nativa; es
autóctona y tradicional, manifestándose continua y permanentemente.
Ese espíritu de autenticidad popular se percibe
en las fiestas campesinas, en los bailes de casorios, fiestas veredales,
romerías, carnavales, fiestas tribales y otras manifestaciones de alegría
popular. Melodía, ritmo y danza se han transmitido de generación en generación
y hacen parte del saber popular colombiano.
La música folclórica es de origen anónimo. Estos
aires vernáculos son producto de la música trasculturada de diversos matices,
adaptada por los sectores bajos del población que durante la colonia conoció
los instrumentos, canciones y danzas de los salones aristocráticos españoles y
criollos. Estos aires y danzas fueron adaptados por el pueblo a sus propios
sentimientos, dándoles un ritmo propio mezclado en algunos casos con la
tristeza aborigen y en otros con la alegría bullanguera de los negros.
El anonimato de la música folclórica no se
refiere a la obra particular sino al conjunto de sistema tonal, rítmico y
armónico en que se articula; se considera en ella el movimiento en el tono, en
el tiempo y la influencia recíproca entre las secciones individuales de la
composición (forma); además se consideran otros aspectos como la dinámica, el
color, etc.
En la aculturación, la música española se
difundió con fuerza y absorbió casi por completo a la música indígena. La
música negra sobrevivió al unísono con la española, dejando las supervivencias
y el carácter alegre y festivo, manifiesto en nuestro folclor costeño del
atlántico y el pacifico. La música indígena sobrevivió aislada sólo en aquellas
áreas donde los aborígenes no recibieron el impacto de la aculturación, son
estos los indígenas diseminados en las selvas del amazonas, llanos orientales,
litorales colombianos y diversas áreas de oriente y occidente.
Supervivencias españolas en el folclor musical
colombiano
En su proceso de colonización y difusión cultural
los españoles transmitieron sus cantos, danzas, aires musicales e instrumentos
en todas sus colonias de ultramar. En las tertulias y fiestas de la
aristocracia colonial en las veladas de las huestes conquistadoras, en las
fiestas de diversión popular, en las haciendas y en las nacientes urbes
coloniales, se conocieron los aires españoles. Una música con mezcla de alegría
flamenca y andaluza, con la melancolía y cadencia castellanas y el misterio
sonoro de la arábiga.
En la época de los reyes católicos perduraban aún
las canciones populares del medioevo: romances, canciones dramáticas, canciones
de danza, pastorela, canciones de alba, canciones piadosas, villancicos, etc.
En el siglo XVI se caracterizó la canción
acompañada en la vihuela y en la guitarra. En el siglo XVII fue popular la
danza del ballo (aparece como supervivencia en el baile del tres del altiplano
cundiboyasense). En el Chocó aparece como supervivencia la jota, donde se
ejecuta con flauta, conunos, bombo y guasá. A principios del siglo XIX se habla
del bambuco como baile criollo nacional.
Instrumentos musicales: los españoles
introdujeron la guitarra la bandola, el requinto, el tiple y demás variantes
instrumentales de cuerda. También introdujeron la chirimía, especie tosca de
oboe. En la época colonial y el siglo XIX las chirimías acompañaron las
procesiones y coros de los templos. Los chirimeros eran a manera de heraldos
que encabezaban los cortejos procesionales en las ceremonias religiosas y
fiestas pueblerinas. Supervivencias de las chirimías se encuentran en Chocó
especialmente en las procesiones y desfiles, así mismo en las plazas o en los
cruces de las calles haciendo despertar espontáneamente el baile popular. La
revolución musical que trajo los instrumentos de viento y caña en los siglos
XVIII y XIX, cambio casi por completo las formas de música popular de los
pueblos, los cuales fueron cambiando las chirimías y conjuntos por pequeñas
bandas de música. En Colombia se da este movimiento a finales del siglo XIX y
principios del XX, entre las más famosas bandas fueron conocidas las de
Guatavita, Tunja, Girardot, Espinal , Aguadas, Sonsón, Medellín, Manizales y
otras.
Supervivencias indígenas en el folclor musical
colombiano
La cultura más desarrollada fue la chibcha o
muisca del altiplano cundiboyacense. La mayor parte de esta música aborigen
desapareció como consecuencia de la destrucción de los valores indígenas en la
conquista española. La música aborigen colombiana y en general de la mayor
parte de los indígenas americanos posee un carácter mágico-religioso ligado a
danzas ceremoniales.
En la Guajira encontramos la danza de la cabrita
y de la chicha maya, en el Caquetá esta la danza del pono y en el Guainía los
bailes de máscaras.
Instrumentos musicales
La maraca: instrumento y símbolo mágico en todas
las ceremonias, cuyo poder se encuentra principalmente en las manos del chamán.
Entre los aerófonos: trompetas, ocarinas y
flautas. Los taironas hacían flautas con huesos humanos.
Tambores, atabales, cajas: Los liles del valle
del cauca utilizaron piel humana como membrana para sus tambores. Como
supervivencia en la elaboración de tambores aborígenes encontramos algunos de
las tribus indígenas del alto Chocó, la mayoría hechos en cuero de mico.
La música une a los indígenas con el sol y la
luna y demás divinidades, en sus esperanzas de triunfo guerrero y consuelo de
la muerte. El estilo lento y melancólico y danzas chibchas parece que se
reflejó en los aires folclóricos del altiplano andino y en especial en las
guabinas, torbellinos y bambucos cundiboyacenses.
Las supervivencias africanas en el folclor
musical colombiano
El negro africano apareció en la etnia y cultura
colombiana a partir de la segunda mitad del siglo XVI. Procedentes de Sudán
Occidental, Costa de Guinea y el Congo, los negros africanos portadores de las
culturas Yoruba y Bantú, las más generalizadas en el Nuevo Reino de Granada,
poblaron las costas Atlántica y Pacífica, el Chocó, los valles del Cauca,
Magdalena, Patía y sus afluentes, las zonas aledañas a las minas de Antioquia,
gobernación de Popayán y otras áreas de explotación minera y agrícola.
Su presencia en estas regiones influyó en la
conformación étnica de la población, costumbres, magia, religión música y
folclor en general.
Algunas culturas africanas se conservaron en
estado puro, transmitiendo supervivencias africanas a los pueblos
contemporáneos; otras se mezclaron con los indígenas y españoles, conformando
nuevos elementos aculturados como se observa en el Alto y Bajo Chocó. En otros
casos hubo resistencia a la imposición socio cultural española, es cuando
surgen los denominados palenques, con ancestrales supervivencias negras
africanas.
La música negra es el elemento tradicional de
ésta cultura que mas se conservó a través del tiempo. Su carácter
mágico-religioso facilitó su ajuste al nuevo entorno natural al cual fue
sometido.
Su mayor aporte al folclor colombiano, sin duda
es el ritmo y la polirrítmia, señalados hasta en el mismo gesto que hace el
tamborero antes de dar un golpe en el parche.
Los cantos negros se caracterizan por cierto
juego de intervalos típicos, en los cuales a veces la melodía toma un giro
hacia el agudo como esfuerzo inicial, y pasa al sonido grave, como reposo; en
la misma forma se caracterizan por una forma modal escalística, con una
sucesión regular en los sonidos.
El microtonalismo se hace presente en los giros
ornamentales, como glisandos, repeticiones adornadas y otra gran variedad de
ornamentos. Otras características en los cantos negros son entre otras: la
forma diversa de expresar los gritos, a veces agudos y prolongados, con
numerosas ondulaciones en la melodía, la forma de manifestar las cadencias y
movimientos frenéticos, donde parece manifestarse el frenesí de la selva.
Por favor
no olvidar ver el siguiente tutorial en youtube:
https://www.youtube.com/watch?v=r3zb9oy3aCU
La actividad anterior, solo
la debes copiar en tu cuaderno y no se debe enviar al correo.
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